miércoles, 9 de diciembre de 2009

sesion de aprendizaje

I DATOS GENERALES:

INSTITUCION EDUCATIVA: NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
CONOCIMIENTO: ADVIENTO
ALUMNO PROTAGONISTA: ALDO ATO LOZANO
ALUMNO OBSERVADOR: ADGAR GUERRERO ROMERO
GRADO Y SECCION: CUARTO B FECHA DE EJECUCION: 04 de noviembre y 11 de diciembre del 2009

NUMERO DE HORAS: CUATRO HORAS

II PROPOSITOS

CAPACIDAD DE AREA:

 COMPRENSION DOCTRINAL CRIASTIANA
 DISCERNIMIENTO DE FE
CAPACIDAD:

• conoce que es el adviento nos ofrece una nueva vida

 Interioriza que el adviento es un tiempo de preparación a la navidad

III SECUENCIA DIDACTICA


Ver


Se inicia las actividades de aprendizaje con la oración del padre nuestro y el ave Maria, posteriormente se cantara la canción ven, ven señor

Continuación se realiza la lectura: cumpleaños de Jesús, y se responderán las siguientes preguntas:

¿Sucede esto en la actualidad?
¿Cual es el mensaje de la lectura?
Posteriormente se hace lectura del siguiente texto bíblico:
Mt 25,1_13
Se explicara el evangelio, relacionando con la lectura: cumpleaños de Jesús.

La lectura tiene como finalidad observar y contemplar la realidad en pomo vive el cristiano católico la segunda llegada de cristo , mediante esta lectura las alumnas podrá participar y relacionar la lectura con la realidad social cristina ya que tiene ambas mucha relación Y con el texto bíblico se alumbrara con la palabra de dios el como debe ser la actitud del cristiano católico ante la segunda llegada de cristo, algo no inventado por nadie sino una realidad real, promesa de cristo y fundamentado en la santa Biblia

Juzgar


Posteriormente se explicar los siguientes puntos:
 El adviento
 Sentido de adviento
 Personajes del adviento
• Isaías
• San Juan bautista
• Virgen María
• San José
 Actitudes fundamentales del adviento
 Las cuatro semanas de adviento

Estos sub. Temas tiene como objetivos dar a conocer doctrinalmente el verdadero sentido del adviento, que es un tema muy importante para todo cristiano, en donde debe ser una necesidad del cristiano proclamar: ven señor Jesús ( escrito también al finalizar el libros del Apocalipsis ) “Marana tha” («Ven, Señor»)






Actuar

Posteriormente se formara las siguientes preguntas, las cuáles se responderán de manera individual

¿Cual es el verdadero sentido del adviento?

¿Es importante para mí el adviento? ¿Por que?


¿En mi vida como viviré el adviento?

¿Por que el adviento es vivir una nueva vida?

Realiza una oración a Jesús relacionado con el adviento
Se termina las actividades de aprendizaje con la canción: ven, ven señor




IV .INDICADORES DE LOGRO:

CAPACIDAD DE AREA:

 COMPRENSION DOCTRINAL CRIASTIANA
 DISCERNIMIENTO DE FE
INDICADORES DE LOGRO

 Identifica que el adviento nos ofrece una nueva vida mediante un cuestionario

 Toma conciencia que el adviento es un tiempo de preparación a la segunda llegada de cristo y a la navidad respondiendo a un cuestionario y una oración personal



cancion:


Ven, ven Señor, no tardes.
Ven, ven que te esperamos.
Ven, ven Señor, no tardes.
Ven pronto Señor.


El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.


Ven, ven Señor, no tardes...



Envuelto en sombría noche,
el mundo sin paz no ve,
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.


Ven, ven Señor, no tardes...



Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta cielo,
al mundo le faltas Tú






INSTRUMENTOS DE EVALUACION:







FICHA DE EVALUACION DE UNA ORACION PERSONAL


ITEM

 la oración tiene relación con el tema y /o con lo indicado


 la oración es fruto de una reflexión


 la oración expresa sencillez


 la oración reasalta ideas importantes


FICHA DE EVALUACION DE UN CUESTIONARIO:



ITEM

 las respuestas tiene relación con el con lo indicado


 la respuesta expresa una reflexión, desde un punto de vista personal


 las respuestas resalta ideas importantes

 cumple con el tiempo previsto


































Motivación:

Cumpleaños de Jesús

Como sabrás nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños, todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que en este año sucederá lo mismo.

En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión, y en todas partes no se habla de otra cosa, sino de lo poco que falta para que llegue ese día.

La verdad, es agradable saber que, al menos un día del año algunas personas piensan un poco en mí.

Como tú sabes, hace muchos años empezaron a festejar mi cumpleaños.

Al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día pocos saben para qué lo celebran, la gente se reúne y se divierte mucho pero no sabe de qué se trata.

Recuerdo que el año pasado al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor, había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y recuerdo también que habían muchos regalos, ¿pero sabes una cosa? A mí ni siquiera me invitaron....

Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme.

La fiesta era para mí y cuando llegó el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta...y yo quería compartir la mesa con ellos.

La verdad no me sorprendió, porque en los últimos años todos me cierran la puerta.

Como no me invitaron, se me ocurrió entrar sin hacer ruido, entré y me quedé en el rincón, estaban todos bebiendo, había algunos ebrios contando chistes, carcajeándose, la estaban pasando en grande, para colmo llegó un viejo gordo vestido de rojo, de barba blanca y gritando jo-jo-jo-jo, parecía que había bebido de más; se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él, diciendo: Santa Claus, Santa Claus y como si la fiesta fuese en su honor!

Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara y ¿sabes? Nadie me abrazó... de repente todos empezaron a repartirse los regalos, uno a uno los fueron abriendo, hasta que se abrieron todos, me acerqué para ver si de casualidad había alguno para mí.

¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a tú no te regalaran nada?

Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré.

Cada año que pasa es peor, la gente solo se acuerda de la cena, de los regalos y de las fiestas, y de mí nadie se acuerda.

Quisiera que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida, quisiera que reconocieras que hace dos mil años vine a este mundo para dar mi vida por ti en la cruz y de esa forma poder salvarte.

Hoy solo quiero que tú creas esto con todo tu corazón.

Voy a contarte algo.

He pensado que como muchos no me invitaron a su fiesta, voy a hacer la mía propia, una fiesta grandiosa como la que jamás nadie se imaginó, una fiesta espectacular.

Todavía estoy haciendo los últimos arreglos, por lo que este año estoy enviando muchas invitaciones y en este día, hay una invitación para tú, solo quiero que me digas si quieres asistir, te reservaré un lugar, y escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados.

Prepárate porque cuando todo este listo daré la gran fiesta.

Hasta pronto... tú amigo: Jesús



Adviento


Adviento, del latín adventus, llegada o advenimiento. Es el período litúrgico que precede a la Navidad. El primer domingo de adviento (cuatro domingos antes de la Navidad) es el comienzo del año litúrgico.
Adviento es un tiempo de espera, pero una espera activa, en la venida del Salvador.
Es tiempo de oración y penitencia porque preparamos nuestro corazón renunciando al pecado.


También es tiempo de alegría y esperanza por la venida de Jesús.
la Iglesia celebra en este tiempo el misterio de la venida del Señor en una actitud gozosa, hecha de vigilancia, de espera y de acogida.
Asimismo, el Adviento nos invita a decir “sí” a la esperanza y nos urge a que despertemos y “rememos mar adentro”, contribuyendo con nuestras obras de evangelización a que el Señor, a través de nuestras activa cooperación, pueda construir este año, un poco más que el pasado, los cielos nuevos y la tierra nueva que Él sueña para nosotros.



 Sentido del Adviento.

El Adviento es fundamentalmente el tiempo de la venida del Señor. Eso significa la palabra latina “adventus”: venida, advenimiento. Una palabra que se aplicaba especialmente a la llegada de algún personaje importante, y que ahora nosotros dedicamos al Señor Jesús, el único Salvador del mundo, ayer, hoy y siempre; principio y fin de la historia.
El Santo Padre Benedicto XVI explica muy bien el sentido cristiano y la exigencia espiritual de la palabra “adventus” al decirnos: “la palabra latina «adventus» se refiere a la venida de Cristo y pone en primer plano el movimiento de Dios hacia la humanidad, al que cada uno está llamado a responder con la apertura, la espera, la búsqueda y la adhesión. Y al igual que Dios es soberanamente libre al revelarse y entregarse, porque sólo lo mueve el amor, también la persona humana es libre al dar su asentimiento, aunque tenga la obligación de darlo: Dios espera una respuesta de amor. Durante estos días la liturgia nos presenta como modelo perfecto de esa respuesta a la Virgen María, a quien el próximo 8 de diciembre contemplaremos en el misterio de la Inmaculada Concepción
El tiempo litúrgico del Adviento es pues el tiempo de la espera de la acción divina, la espera del gesto de Dios que viene hacia nosotros y que reclama nuestra acogida de fe y amor. Es con el Antiguo Testamento, San Juan el Bautista, San José, y Santa María, la preparación de la venida del Señor Jesús.
Nuestra espera en el Adviento, no es la espera de los hombres y mujeres de la Antigua Alianza que no habían recibido aún al Salvador. Nosotros ya hemos conocido su venida hace dos mil años en Belén. Pero la venida histórica del Señor Jesús en la humildad de nuestra carne, deja en nosotros el anhelo de una venida más plena

Por eso decimos que el Adviento celebra una triple venida del Señor:



 En primer lugar, la histórica, cuando asumió nuestra carne y nació de Santa María siempre Virgen.


 En segundo lugar, la que se realiza en nuestra existencia personal, iniciada por el Bautismo y continuada en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía, donde está real y sustancialmente presente. También el Señor viene a nosotros en los sucesos de cada día

En los acontecimientos de la historia y manifiesta así que la vida cristiana es permanente Adviento o venida suya a nuestras vidas, lo que exige nuestra acogida de fe y nuestra cooperación activa desde nuestra libertad.

 Y en tercer lugar, la venida definitiva o escatológica, al final de los tiempos, cuando el Señor Jesús instaure definitivamente el Reino de Dios.
Todo esto lo celebramos en el Adviento gradualmente: los primeros días la atención se dirige hacia la venida definitiva al final de los tiempos, con la llamada a la vigilancia para estar bien dispuestos. Luego, nos centramos más en la venida cotidiana, que vemos marcada por los anuncios del precursor, San Juan el Bautista, y su invitación a preparar los caminos del Señor. Finalmente, a partir del día 17 de Diciembre, nuestra mirada se dirige de lleno a preparar la solemnidad de la Navidad, a conmemorar el nacimiento del Señor Jesús en Belén, su primera venida, acompañados de la presencia maternal y amorosa de Santa María y de su castísimo esposo, San José. Y todo ello acompañados a lo largo de todo el Adviento por los oráculos de Isaías y de los demás profetas, que nos hacen vivir en actitud de gozosa espera.
El Adviento no es sólo la espera de un acontecimiento, es sobre todo la espera de una persona. Así, el acontecimiento esperado es esa intervención de Dios en la historia que coincide con la venida del Hijo de Dios, de Cristo: «Dice el que da testimonio de todo esto: “Sí, pronto vendré”. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!» (Ap 22,20). Parece que “Marana tha” («Ven, Señor») fue una de las oraciones más frecuentes de los primeros cristianos, lo que muestra que su actitud fundamental era una actitud de espera de la vuelta definitiva de Cristo. Pero no con la actitud de evadirse del tiempo para encontrar la eternidad, sino la de esperar la venida de la eternidad en el tiempo, asumiendo el movimiento mismo de la historia, esperando su acabamiento, con la venida definitiva del Señor. Por ello la oración cristiana no es evasión sino compromiso con la finalidad última del mundo.
“Podríamos decir que el Adviento es el tiempo en el que los cristianos deben despertar en su corazón la esperanza de renovar el mundo, con la ayuda de Dios. A este propósito, quisiera recordar también hoy la constitución Gaudium et spes del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia en el mundo actual: es un texto profundamente impregnado de esperanza cristiana. Me refiero, en particular, al número 39, titulado "Tierra nueva y cielo nuevo".



 Personajes del adviento
El Adviento se presenta también como un tiempo propicio para una catequesis sobre estas tres grandes figuras religiosas.


 Isaías, el profeta que experimentó la presencia abrasadora de Dios en su vida, y que lo veía intervenir constantemente en la historia. Pero para Isaías, estas intervenciones constantes de Dios en la historia, eran como un preanuncio de una intervención más poderosa, que se daría con la llegada del Mesías (ver Is 7,14; 11,1-2). Pero incluso para Isaías la llegada del Mesías sería a su vez preanuncio del día de Yahvé, día definitivo y terrible, pues en él serían juzgados los hombres con una justicia insobornable. Isaías nos habla de experiencia de Dios, de apertura a la esperanza y de anuncio ardiente de los planes salvadores del Señor.
Anuncia cómo será el Mesías que vendrá. Sacude la conciencia del pueblo para crear en él actitud de espera. Exige pureza de corazón.


 San Juan el Bautista, es el hombre que exulta de gozo por la presencia salvadora de Dios ya desde el seno materno (ver Lc 1,41). Por ello, el Bautista será siempre el ejemplo más hermoso de la alegría que experimenta el corazón humano cuando encuentra al Señor.
Pero él es también el precursor que prepara eficazmente los caminos del Señor. Consciente que su misión es dar “testimonio de la luz, para que todos creyeran por él” (Jn 1,7), el Bautista se acerca a los hombres apartados de las cosas de Dios para suscitar en ellos nuevas inquietudes y cambiar sus ideales. Sacude a las personas de su indiferencia religiosa, los despierta al amor de Dios, forma la conciencia moral, mueva a las personas a la conversión y a la justicia (ver Lc 3,11-14). Consciente que su misión consiste tan sólo en preparar el camino al Señor, cuando Éste llega, él desaparece para dejar a los demás con Él. San Juan el Bautista se nos presenta como modelo de humildad y de sencillez apostólica, de no vivir aferrados a los frutos de nuestra acción evangelizadora, conscientes que nosotros no nos predicamos a nosotros mismos sino al Señor Jesús: “Es preciso que el crezca y que yo disminuya” (Jn 3,30). Su humildad heroica lo lleva a ser una flecha que indica a los demás el camino que lleva al Señor Jesús. Su figura nos muestra la necesidad del desierto (ver Lc 1,80) para descubrir la auténtica alegría, y la exigencia de ser testigos de esa alegría en el mundo de hoy en el que las personas están enfrascadas en la búsqueda de goces pasajeros.
Señala quién es el Mesías, que ya ha venido. Él mismo es modelo de austeridad y de ardiente espera.


 San José, casto esposa de la Virgen María, cuya función la explica de manera clara y hermosa el Santo Padre Benedicto XVI con las siguientes palabras: “Es modelo del hombre "justo" (Mt 1, 19), que en perfecta sintonía con su esposa acoge al Hijo de Dios hecho hombre y vela por su crecimiento humano. Por eso, en los días que preceden a la Navidad, es muy oportuno entablar una especie de coloquio espiritual con san José, para que él nos ayude a vivir en plenitud este gran misterio de la fe.
“El amado Papa Juan Pablo II, que era muy devoto de San José, nos ha dejado una admirable meditación dedicada a él en la exhortación apostólica Redemptoris Custos, "Custodio del Redentor". Entre los muchos aspectos que pone de relieve, pondera en especial el silencio de San José. Su silencio estaba impregnado de contemplación del misterio de Dios, con una actitud de total disponibilidad a la voluntad divina. En otras palabras, el silencio de San José no manifiesta un vacío interior, sino, al contrario, la plenitud de fe que lleva en su corazón y que guía todos sus pensamientos y todos sus actos. Un silencio gracias al cual San José, al unísono con María, guarda la palabra de Dios, conocida a través de las Sagradas Escrituras, confrontándola continuamente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración constante, oración de bendición del Señor, de adoración de su santísima voluntad y de confianza sin reservas en su providencia.


“No se exagera si se piensa que, precisamente de su "padre" José, Jesús aprendió, en el plano humano, la fuerte interioridad que es presupuesto de la auténtica justicia, la "justicia superior", que él un día enseñará a sus discípulos (cf. Mt 5, 20). Dejémonos "contagiar" por el silencio de san José. Nos es muy necesario, en un mundo a menudo demasiado ruidoso, que no favorece



 María es la figura clave del adviento. En ella culmina la espera de Israel. Es la más fiel acogedora de la palabra hecha carne. La recibe en su seno y en su corazón. Ella le prestó su vida y su sangre. María es Jesús comenzado. Ella hizo posible la primera navidad y es modelo y cauce para todas las venidas de Dios a los hombres. María, por su fidelidad, es tipo y madre de la Iglesia

el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de preparación para la Navidad cultivemos el recogimiento interior, para acoger y tener siempre a Jesús en nuestra vida”


Son cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:


• I Domingo, la vigilancia en espera de la venida del Señor.
Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento".

Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.


• II Domingo, la conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista.
Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.

Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.


• III Domingo, el testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo.
Coincide este domingo con la celebración de la Virgen de Guadalupe, y precisamente la liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.
Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento, meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de las tradicionales posadas, que inician el próximo día 16. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la Corona de Adviento.


• IV Domingo, el anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María.
Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

LAS ACTITUDES FUNDAMENTALES DEL ADVIENTO
1. Actitud de espera. El mundo necesita de Dios. La humanidad está desencantada y desamparada. Las aspiraciones modernas de paz y de dicha, de unidad, de comunidad, son terreno preparado para la buena nueva. El adviento nos ayuda a comprender mejor el corazón del hombre y su tendencia insaciable de felicidad.


2. El retorno a Dios. La experiencia de frustración, de contingencia, de ambigüedad, de cautividad, de pérdida de la libertad exterior e interior de los hombres de hoy, puede suscitar la sed de Dios, y la necesidad de «subir a Jerusalén» como lugar de la morada de Dios, según los salmos de este tiempo. La infidelidad a Dios destruye al pueblo. Su fidelidad hace su verdadera historia e identidad. El adviento nos ayuda a conocer mejor a Dios y su amor al mundo. Nos da conocimiento interno de Cristo, que siendo rico por nosotros se hace pobre.

3. La conversión. Con Cristo, el reino está cerca dentro de nosotros. La voz del Bautista es el clamor del adviento: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios ... » (Is 40,3-

5). El adviento nos enseña a hacernos presentes en la historia de la salvación de los ambientes, a entender el amor como salida de nosotros mismos y la solidaridad plena con los que sufren.


4. Jesús es el Mesías. Será el liberador del hombre entero. Luchará contra todo el mal y lo vencerá no por la violencia, sino por el camino de una victimación de amor. La salvación pasa por el encuentro personal con Cristo.


http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/temporadas/adviento/a_adviento.htm
http://www.arzobispadodepiura.org/content/view/92/61/
http://www.rosario.org.mx/liturgia/a_liturgico/adviento.htm
http://webcatolicodejavier.org/adviento.html